Los invitamos a participar en la devoción de los

siete viernes dedicados a la Santísima Virgen de los Dolores

 

 

 

 

Santísima Virgen de los Dolores

Los esperamos cada viernes en la iglesia:

 

Septiembre 13 - 7PM

Septiembre 20 - 7PM

Septiembre 27 - 7PM

Octubre 4 -

       6PM Devoción

       7PM Hora Santa

Octubre 11 - 7PM

Octubre 18 - 7PM

Octubre 25 -  7PM

 
Rosary
  

GUIA PARA LOS SIETE VIERNES DEDICADOS A LA SANTISIMA VIRGEN DE LOS DOLORES

Es de fe que una sola gota de la preciosa Sangre de nuestro Señor Jesucristo bastaría para redimir mil mundos y satisfacer plenamente a la justicia divina; pero el amor que siente por el hombre es tan grande, que quiso dársela toda para que le sobrasen medios de salvación, y no se perdiera sino el que quisiera perderse. Por criminal que sea una creatura, si se postra al pie de la cruz y dice con verdadero dolor: Señor, peque, ¡tened compasión de mí! Arrepentido y confesado, obtiene el perdón; y sin embargo de ser tal fácil el conseguir misericordia y tanto el fruto de la sangre del Redentor, ¡cuantas almas se pierden por el abandono o negligencia en implorar el perdón!

Queridos hermanos, ¿les aterra la idea de lo difícil que es salvarse, siendo tan fuertes nuestras pasiones y tan débil nuestra virtud? No teman, venir a Jesus, cualquiera que sea la situación; no se desesperen nunca; no teman, se los repito una vez más: Venir con nuestro buen Jesus, que los espera con los brazos abiertos.

Clavado en la cruz, esta en su magnifico trono de redentor, y a sus pies encontraran a su Santísima Madre, embajadora celeste, que introduce a los pobres pecadores hasta las gradas del Rey de los Reyes y los reconcilia con El. Ella es el Refugio de los pecadores, la Salud de los enfermos y el Consuelo de los que lloran.

Ella es la Divina Pastora que trabaja sin cesar para recoger a las pobres ovejitas, que engañadas y deslumbradas por la falsa luz de las pasiones perdieron la senda de la pureza, que conduce al Cielo.

Por María nos dio el padre eterno a su Divino Hijo la redención del mundo; y cuantas veces el mundo y la creatura se pierdan, por María volvieran seguramente a encontrar el camino de la salvación.

*Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos* la decimos en el Salve. ¡Oh! Si la Santísima Virgen nos mira con ojos de piedad, nos salvaremos y conseguiremos también con nuestros ruegos la salvación de nuestros hermanos.

En los méritos de Jesucristo y en los dolores de su Santísima Madre tenemos dos riquísimos tesoros. Acudamos a ellos, y será cierta nuestra conversión, y veremos remediados todos nuestros males.
¿Y como invocar mejor a nuestra Madre que considerando los dolores con que nos dio a luz, cuando ante la cruz de Jesucristo, su Hijo, ¿fue constituida Madre de todos los hombres?

Honremos los siete dolores de la Santísima Virgen, Madre de Dios, primero con el fin de consolarla ofreciéndole el homenaje del profundísimo amor que le debemos; y después para que, por los méritos de estos dolores, se digne alcanzarnos las gracias que para nosotros y para nuestros hermanos le pedimos.

Para que sea más útil y provechosos este santo ejercicio se aconseja:

1. Confesar y comulgar con el mayor fervor posible, en cada uno de los siete viernes.

2. Pedir una gracia particular y además ofrecer las siete comuniones por la conversión de los pecadores, particularmente por la de alguna persona en particular.

3. Hacer alguna limosna, y si no fuera posible la limosna material, que se haga espiritualmente rezando tres Padre nuestros, Ave María y Gloria Patri en sufragio del alma más necesitada del purgatorio.

El Señor ha prometido (y su divina palabra no puede faltar) que ni un vaso de agua fría que se dé por su amor quedara sin recompensa. ¿Qué negara, pues al alma que con fervor le recibe siete veces en la Sagrada Comunión después de confesados sus pecados; que favorece a siete pobres; que desea ardientemente salvar a un pecador, y acompaña y consuela a su santísima Madre meditando sus dolores?

En verdad que con este ejercicio obtendremos grandísimos favores, si lo practicamos con fe, humildad y confianza.